sábado, 9 de julio de 2011

El bolero en la literatura caribeña.






El bolero en la literatura del Caribe
La República Dominicana se caracteriza por una rica cultura popular, sobre todo en el ámbito musical.
Uno de los ritmos fundamentales de nuestra cultura es el merengue. Es un género elevado en los años veinte de una música regional. Esta misma música fue empleada por Trujillo como instrumento al servicio del poder, una expresión de nacionalismo cultural. En la última década del siglo XX el merengue se convirtió en una música transnacional gracias a cantantes como Juan Luis Guerra. Otro género de mucha relevancia para la nación dominicana es la bachata, también llamada canción de amargue, una forma musical que quedó marginada en los años sesenta y setenta. La bachata es una música muy pegajosa, un tanto erótica que se tocaba en las barras de mala muerte. Luego en los años ochenta Juan Luis Guerra y otros cantantes la rescatan y la llevan al escenario y la catalogan como bachata rosa.
La música del bolero y la bachata se inserta en muchas novelas dominicanas y del Caribe sobre todo en las novelas del posboom. Son obras literarias marcadas en su ritmo, argumento o en su tema por la música popular. Indudablemente la integración del bolero presenta unas posibilidades literarias muy variadas para el escritor contemporáneo. A diferencia de otros géneros musicales latinoamericanos como la guaracha , el merengue, la salsa o el bolero se presta más la atención a la letra cuya dicción clara también importa a la hora de cantar. Los boleros se suelen ubicar en el mismo entorno: elementos de una utilería recurrente, eternamente reciclada, el mar, la luna, la noche, las palmeras , constituyen los puntos de referencia espaciales predilectas.
Dentro del panorama boleril quisqueyano encontramos una novela precursora del cuentista René del Risco Bermúdez, El cumpleaños de Porfirio Chávez. De Cabrera Infante, Tres tristes tigre , Ella cantaba boleros. De Luis Rafael Sánchez, La importancia de llamarse Daniel Santos donde el protagonista transita por muchos bares de Latinoamérica . La función de estos boleros es evadirse y olvidarse del hastío. De la situación que se estaba viviendo en el país durante la dictadura en ellas se establece un cuestionamiento existencialista,
Por otra parte el bolero en Ritos de cabaret de Marcio Veloz Maggiolo el bolero funge como una huida nostálgica, ya que la única forma de el personaje Papo Torres restablecer su impotencia es retomando el pasado de lo que fue en su juventud con las prostitutas en los bares de la parte alta de la ciudad,
Acompañado de los boleros de Agustín Lara y Lucho Gatica. De manera que el bolero fungirá como erotismo liberador frente a la nación antipopular. El cabaret simbolizará la nación corrompida, prostituida por la política antipopular, y un espacio de liberación que puede detener momentáneamente esta política.
Doris Melo . 2010

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