Ensayos críticos sobre escritores hispanoamericanos y caribeños . Un acercamiento a sus obras.
martes, 25 de agosto de 2009
Puerto Rico en la poética de Juan Ramón Jiménez
Como sabemos la llegada del poeta a San Juan, no fue de pura casualidad sino motivada por causa de la Guerra Civil española que lo obliga al exilio. Juan Ramón le llama a Puerto Rico La Isla de la simpatía y es el nombre que asumirá su espacio de colaboración en la revista Asomante de la cual hablaremos más adelante.
Puerto Rico juega un papel protagónico ya desde el inicio de sus primeras épocas. En la primera época, de 1896 a 1915, cuando aún Juan Ramón no conoce la Isla, adquiere una visión de Puerto Rico a través de su amor por una puertorriqueña que conoció en España. En la segunda de 1916 a 1936, otra mujer Zenobia hija y nieta de puertorriqueños, hará más intensa su relación mujer amor. La visión de Puerto Rico se completa en esta tercera etapa en ésta etapa hasta sus últimos escritos de 1953 a 1954. el poeta visita la Isla por primera vez en 1936 cuando a raíz de estallar la Guerra Civil. En 1951, llega por segunda vez enfermo y se establece en Puerto Rico hasta su muerte en 1958.
La primera visión del trópico y de las Antillas que aparece en la obra de Juan Ramón, está determinada por su sensación de desarraigo. La visión del campo español, símbolo de abandono y posiblemente perdido para siempre se interpondrá entre el campo puertorriqueño y los ojos del poeta. El paisaje de la Isla le parece bonito, luminoso y desprovisto de grandeza verdadera, según señala Palaos de Nemes. Juan Ramón extraña al Castillo y la casa sólida de piedra del campo español, Pero también en este viaje al exilio le han parecido frágiles las casas del campo de new york, y Francia.
El exceso de luminosidad de Puerto Rico y otros lugares del trópico donde residió como Cuba y la Florida no le agrada y le hace recordar su angustiosa vida juvenil en Andalucía.
El Juan Ramón como bien he señalado antes, llegó al trópico en 1936. Anterior a esta migración definitiva, llevaba muchos años intelectualizando la visión percibida por los sentidos. En ésta etapa de su vida incursiona en el tema de la poesía desnuda, depurando todos los excesos de sensualidad , la confrontación con las bellezas naturales del trópico con su arrebatador llamado a la parte sensual del ser. Esto le ocasiono un choque traumático ya que el trópico le parecía excesivo. Demasiada “flor, trópico, paraíso. España , mi flor”, suficiente, escribió y creó un neologismo para expresar [este sentimiento. Heilotropiquísmo. ( Diario de un poeta de recién casado.)
Juan Ramón señala, en uno de sus Heliotropiquísmos. “En las Antillas si la vida está más muerta, la muerte está más viva” hay un equilibrio y cabe la elección humana paradójicamente pero acorde a la negativa impresión de tanta luz y tanto sol. Juan Ramón se fijó en un elemento opuesto a esa luz y sol, la excesiva humedad, representada por los libros mohosos que le llevaban a firmar.
Hay que tener en cuenta que al venir Juan Ramón a América en 1936 se encuentra en un periodo de transición entre la segunda y tercera época de su producción literaria. En ese segundo periodo la idea de la muerte ha sido modificada: de morbosa preocupación pasa a ser aceptación intelectualizada por la satisfacción inmensa que el poeta encuentra en su obra.
Un elemento del paisaje antillano de Puerto Rico, Santo Domingo y Cuba, que merece la especial atención del poeta son las palmeras, y de nuevo, la visión se ve afectada por el sentimiento de desarraigo. Juan Ramón no escribirá de las palmeras del trópico lo que dirán otros poetas de su época . La visión de él, es más realista, nota las palmeras que ondean, las quietas, las solas, las que se salen por sobre la fronda, las que tienen el tronco como trompas de elefante y las secas que han perdido sus ramas. Excluyendo de su visión las horas claras del día, escoge como tiempo de la descripción el crepúsculo vespertino, cuando las palmeras se abren y se cierran con gracia unas irisadas luego al relente y la luna, sobre las mujeres negras y blancas dormidas y el amanecer, cuando las ve luchando contra el oscuro poderío con su innumerables dedos de uñas agudas. Su visión es de solidez y arraigo dirá Palau de Menes por la persistencia de éste elemento del paisaje antillano y el poeta le canta al árbol desnudo de adornos.
En los años cincuenta cuando el poeta vuelve a describir a Puerto Rico lo ve como parte integrante del mar, que es un modo de universalizar la región, de integrarla a una totalidad. En unas páginas inéditas de esta época, tituladas también Isla de la simpatía, advierte que el mar le renovó siempre y que las épocas segunda y tercera de su creación poética fueron iniciadas por el mar, la del Diario de un poeta recién casado en 1916 y la de Dios deseado y deseante de 1948. Pero esta renovación tiene verdadero lugar en la tranquilidad del viaje de vuelta no de ida.
En el viaje de vuelta a Puerto Rico, una vez mejorado de su depresión nerviosa, tiene una visita armónica de ella y del mar. La visión que no tuvo en su primer viaje.
Respecto al mar el poeta en algunas ocasiones confesó que se trata de su propio estado del alma. No obstante las experiencias del poeta con el mar una veces cercano una veces distanciado y en tonos más tristes. Aún así, la belleza del Mar Caribe logra impresionarle.
En 1953 al cabo del dos años y media de residencia en la Isla Juan Ramón se ve como un habitante del mar en un barco llamado Isla de la simpatía. En otro fragmento inédito titulado Realidades puertorriqueñas , la visión de la Isla está sublimada. Puerto Rico cesto de flores con mujeres en medio de mares, Puerto rico isla de pie pequeño en le fondo del mar y ancha cadera a flor de agua. Entonces, Juan Ramón asociará Puerto Rico con los lugares de origen : Moguer, Palos porque esta lejos pero se siente que está frente a ellos. Orillas de una agua /comunicación con las orillas andaluzas. La asociación va mas allá de la geografía. En Isla de la simpatía publicada por Asomante, la Isla le va pareciendo al poeta como un amable regazo femenino, madre y mujer en medio del mar y dice […] que duda cabe de que esta es una tierra femenina/ la única comunicación directa que tenemos los hombres con nuestra nebulosa matriz, es por el regazo y el seno femininos nacimientos y alimento y al fin tan bien muerte otro regazo para los que hablamos español.
La relación Puerto Rico Andalucía predomina en la visión juanramoniana a través de otros motivos, el de la raza y el de luz. Al llegar a Puerto Rico noto sobre la variedad del tipo humano pero nunca utilizo la palabra mestizo.
El Puerto Rico que Juan Ramón describe a su regreso a la Isla como residente permanente de ella es el espacio habitado. Sí, porque en su primer viaje tuvo una impresión baja ,seca, fea, fatal de las antillas, como el mismo lo confiesa en 1953 bajo el titulo Isla de la simpatía. En ciudades bajas y de gracia moradera como San Juan Puerto Rico el contenido se impone al continente. Le parece que en Puerto Rico lo más importante, lo que llena todo es la gente, la mujer, el Niño, el hombre también. Se siente resguardado por la calidad humana de la isla.
Por otro lado critica los colorines, critica los diseños de la ropa del puertorriqueño, la ropa interior los calcetines, las corbatas . La asociación de la mujer y la luz es parte del concepto de la poesía desnuda.
El pintorenquismo no existe en su visión sobre Puerto Rico. El espacio que describe es esencial y luminoso, en armonía con sus habitantes. Juan Ramón exartará la luz de Puerto Rico hasta el final de sus días. Primero en la visión de la mujer y el niño contra la luz. Después en las páginas inéditas de Isla de la simpatía, en la que celebra la luz de la sombra, en la naturaleza y la casa, y en los poemas de su libro Ríos que se van . lo último que escribió elegía a su Zenobia , ya enferma de muerte. A esta luz del día le llama oro hecho sombra y la iguala con el color de Zenobia que en el verso transforma en el color de su alma que sale en oro por los ojos de ella.
Por otro lado Juan Ramón antes, en un proceso tramutador como el descrito, los colores de los cuerpos, los vestidos de la mujer y el niño puertorriqueño se funden con la luz y a esa luz le llama Luz completa, plena absoluta de colores y reflejos indecibles.
En la luz Juan Ramón ve la humanidad puertorriqueña en su sitio. Mientras otros poetas del trópico resaltan los aspectos sensuales de la mujer, Juan Ramón la describe del cuello para arriba, celebrando su gesto y su mirada .
La admiración de Juan Ramón por los niños puertorriqueños está expresada en el prologo que escribió en 1936 para Verso y prosa para niños, la antología de la serie del Departamento de Educación. Su cariño e interés por los niños es legendario Ya en Madrid demostró antes su amor por los niños recogiendo una niña limosnera y llevándola a vivir con él. Inmortalizó retratos líricos de los niños pobres de Moguer.
El niño de Puerto Rico representaba para Juan Ramón Jiménez lo que admiraba en el niño universal: la trascendencia de su sentir, pensar y hablar. El niño para él, era síntesis de todos los puertorriqueños, de todas las edades, por reunir tantas razas , colores y matices del cuerpo y alma repetidos por los años.
El niño puertorriqueño quedo exaltado en el retrato lírico titulado . El poetastro, que aparece como la tercera parte del Diario Poético. De 1937 -1939, titulada Mano amiga, y publicado en la revista Universidad de la Habana, en 1941. Este retrato o caricatura lírica es del tipo de los reunidos en: Españoles de tres mundos, aunque sin la complejidad sintáctica pero contiene los cuatro aspectos que señala María Salgado en su estudio de ésta caricatura.
Gran parte de lo que escribió Juan Ramón en la revista estudiantil Universidad en los años cincuenta tiene que ver con los niños, con su deseo de que se cultiven estéticamente. Celebra el talento de algunos niños puertorriqueños que escriben poemas y cuentos, o que dibujan. Aparte de las cuatro grandes temas de la obra de creación sobre Puerto Rico: la mujer, el niño, la luz y el mar, en la obra juanramoniana publicada en las páginas literarias de la revista Universidad, de Puerto Rico, se encuentran comentarios críticos referentes a sucesos de la sociedad puertorriqueña. Juan Ramón, se ocupaba de la publicación de esas páginas literarias y se valía de ellas para estimular las inclinaciones artísticas de los estudiantes para celebrar a escritores reconocidos o divulgar páginas de la literatura española o universal de significación.
Al iniciar su vida con Zenobia en Puerto Rico Juan Ramón encuentra en el ambiente universitario de la Universidad de Puerto Rico sosiego, estimulo y ánimo para continuar con su trabajo. Juan Ramón, renombra la Isla como hemos dicho antes como la Isla de la simpatía . Sale de su enclaustramiento de su cuarto forrado de corcho, de su mundo intimo a impartir cátedras sobre el modernismo en estas aulas de Estudios Hispánicos. Continua revisando su obra y dictando conferencias desde el mismo teatro de la Universidad. Dona su biblioteca y sus trabajos inéditos a la Universidad de Puerto Rico colaboró en ella brindando apoyo y recibiendo intelectuales que solían buscarlo para consultas sobre sus trabajo. Descubre y guía la vocación poética en muchos de los estudiantes universitarios.
En 1956 la Universidad de Maryland propone para el Premio Nobel de Literatura de ese año. Solicita y obtiene el respaldo de otras instituciones universitarias entre ellas la Universidad de Puerto Rico. Mientras la enfermedad de Zenobia avanza y en octubre de 1956 es preciso recluirla en estado de suma gravedad. Como ya sabemos a Juan Ramón se le anticipa sobre el Premio Nóbel y éste a su vez tuvo la oportunidad de participarlo a su esposa en el lecho de muerte.
A principios de abril de 1955 se crea la Sala Juan Ramón Jiménez en la biblioteca general del recinto de la Universidad en Río Piedras. Zenobia aunque gravemente enferma fue quien se le ocurrió la idea del proyecto de la sala. Juan Ramón estaba enfermo en el hospital y Zenobia desesperada se desvivía por tratar de mejorar su condición.
Zenobia fue a ver al Rector Jaime Benítez para pedirle un rincón donde colocar los libros de Juan Ramón. el cual quería regalar agradecido a la Universidad de Puerto Rico. La idea fue muy bien recibida por Jaime Benítez quien habló con un bibliotecario para que le cedieran un sitio adecuado en la biblioteca . Así, poco a poco Zenobia en su crisis de enfermedad dedicó unas horas cada día a la organización de la sala.
Con los libros había traído objetos de la familia, cuadros de pintores que eran propiedad del poeta y un cuadro pintado por Sorolla. El Rector Jaime Benítez, mando construir una reproducción de los muebles que tenía el poeta en su casa de Madrid y un sillón en el cual se sentaba Juan Ramón para compartir con los niños y aquellos que acudían a la sala a conversar con el. Allí se daban cita todos los días dos o tres horas y se él poeta se sentía muy a gusto entre sus cosas personales.
Zenobia murió el 28 de octubre de 1956,, en el Hospital Miniya, tres días después de conocer la noticia de la concepción del Premio Nóbel a Juan Ramón. El 17 de septiembre de 1957 Juan Ramón volvió de nuevo a la Sala y el 3 de octubre le entrego a la universidad los últimos papeles y libros que quedaban en su casa. Desde entonces visitó la sala dos o tres veces por semana. Durante un tiempo firmó las hojas de edición de lujo de Platero y yo que unas amigas de Zenobia preparaban para honrar su memoria. Autografió los libros que le llevaban recibió visitas de amigos. Murió el 29 de mayo de 1958
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